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¿Qué es el SIBO?
El Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado (conocido como SIBO por sus siglas en inglés) ocurre cuando hay un aumento anormal en la cantidad total de bacterias en el intestino delgado, especialmente de los tipos de bacterias que normalmente no se encuentran en esta parte del sistema digestivo. Esta afección también puede ser llamada síndrome del asa ciega.
El crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado suele ocurrir cuando ciertas circunstancias, como una cirugía o una enfermedad, ralentizan el movimiento de los alimentos y los desechos a lo largo del tracto digestivo, creando un ambiente propicio para la proliferación de bacterias. El exceso de bacterias a menudo se asocia con síntomas de diarrea y puede dar lugar a la pérdida de peso y la malnutrición.
Aunque el crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado a menudo se presenta como una complicación después de una cirugía abdominal, también puede estar relacionado con problemas estructurales y ciertas enfermedades. En algunos casos, puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica para abordar este problema, pero el tratamiento más común implica el uso de antibióticos.
¿Cuáles son los síntomas del SIBO?
Los signos y síntomas de crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado a menudo incluyen:
Pérdida del apetito
Dolor abdominal
Náuseas
Hinchazón
Sensación incómoda de saciedad después de comer
Diarrea
Pérdida de peso involuntaria
Malnutrición
¿Cuando debo consultar al médico para saber si tengo SIBO?
La distensión, las náuseas y la diarrea son signos y síntomas de muchos problemas intestinales. Consulta a tu médico para una evaluación completa, especialmente si has tenido una cirugía abdominal, si tienes lo siguiente:
Diarrea persistente
Pérdida de peso rápida e involuntaria
Dolor abdominal que dura más de unos pocos días
Si tienes dolor abdominal grave, busca atención médica inmediata.
¿Cuáles son los causas del SIBO?
El crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado (SIBO) puede ser causa de lo siguiente:
Complicaciones de la cirugía abdominal, incluido el bypass gástrico para la obesidad y la gastrectomía para tratar las úlceras pépticas y el cáncer de estómago
Problemas estructurales dentro y alrededor del intestino delgado, incluido tejido cicatricial (adherencias intestinales) que pueden envolver el exterior del intestino delgado, y bolsas abultadas de tejido que sobresalen a través de la pared del intestino delgado (diverticulosis intestinal)
Ciertas afecciones médicas, incluidas la enfermedad de Crohn, la enteritis por radiación, la esclerodermia, la enfermedad celíaca, la diabetes u otras afecciones que pueden retardar el movimiento (motilidad) de los alimentos y los productos de desecho a través del intestino delgado.
¿Cómo se desarrolla el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado?
El intestino delgado, que constituye la sección más extensa del sistema digestivo, tiene una longitud aproximada de 6.1 metros. En esta parte del sistema digestivo, los alimentos se combinan con los jugos digestivos y sus nutrientes se absorben en el torrente sanguíneo.
A diferencia del intestino grueso o colon, el intestino delgado generalmente alberga relativamente pocas bacterias. Esto se debe a la velocidad con la que los contenidos avanzan a través de él y a la presencia de bilis. Sin embargo, cuando se produce un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado, los alimentos que quedan atrapados en esta sección se convierten en un entorno ideal para el desarrollo de bacterias. Estas bacterias pueden generar toxinas y obstaculizar la absorción de nutrientes. Además, los subproductos de la descomposición bacteriana de los alimentos pueden desencadenar episodios de diarrea.
¿Cuáles son los factores de riesgo de padecer SIBO?
Los factores que aumentan el riesgo de crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado incluyen:
Cirugía gástrica para tratar la obesidad o las úlceras
Un defecto estructural en el intestino delgado
Una lesión en el intestino delgado
Una vía de paso anormal (fístula) entre dos segmentos del intestino
Enfermedad de Crohn, linfoma intestinal o esclerodermia que compromete el intestino delgado
Antecedentes de radioterapia en el abdomen
Diabetes
Diverticulosis en el intestino delgado
Adherencias causadas por una cirugía abdominal previa
¿Qué complicaciones puede producir el SIBO?
El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado puede generar una serie de problemas que incluyen:
Dificultades en la absorción de nutrientes: Las grasas, carbohidratos y proteínas no se absorben adecuadamente debido a la descomposición de las sales biliares, que normalmente se requieren para la digestión de las grasas. Esto conduce a una digestión ineficiente de las grasas y resulta en episodios de diarrea. Además, los productos generados por la actividad bacteriana pueden dañar la mucosa intestinal, disminuyendo la absorción de carbohidratos y proteínas.
Competencia por los nutrientes: Las bacterias pueden competir por los nutrientes disponibles en el intestino delgado. Además, los subproductos de la descomposición bacteriana de los alimentos atrapados en esta área pueden desencadenar episodios de diarrea. Estos efectos combinados del sobrecrecimiento bacteriano contribuyen a la aparición de diarrea, malnutrición y pérdida de peso.
Déficit de vitaminas: Debido a la absorción incompleta de grasas, el cuerpo no puede absorber completamente las vitaminas liposolubles A, D, E y K. Las bacterias en el intestino delgado sintetizan y utilizan la vitamina B-12, que es esencial para el funcionamiento normal del sistema nervioso, la producción de células sanguíneas y el ADN. El sobrecrecimiento bacteriano puede resultar en una deficiencia de B-12, que puede manifestarse como debilidad, fatiga, hormigueo en manos y pies, y, en casos avanzados, confusión mental. El daño al sistema nervioso central debido a la falta de B-12 puede ser irreversible.
Debilitamiento de los huesos (osteoporosis): Con el tiempo, el daño en el intestino causado por el crecimiento bacteriano anormal puede llevar a una absorción inadecuada de calcio, lo que eventualmente puede resultar en enfermedades óseas como la osteoporosis.
Formación de cálculos renales: La deficiente absorción de calcio también puede aumentar el riesgo de desarrollar cálculos renales en una etapa posterior debido a la acumulación de minerales en los riñones.
¿Cómo se diagnostica el SIBO?
Para diagnosticar el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés), es posible que se te hagan pruebas para comprobar si hay un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, una mala absorción de grasas u otros problemas que puedan estar causando tus síntomas o contribuyendo a ellos. Las pruebas comunes incluyen:
Prueba de aliento. Este tipo de prueba no invasiva mide la cantidad de hidrógeno o metano que se exhala después de beber una mezcla de glucosa y agua. Un rápido aumento del hidrógeno o del metano exhalado puede indicar un crecimiento excesivo de las bacterias en el intestino delgado. Aunque está ampliamente disponible, la prueba de aliento es menos específica que otros tipos de pruebas para diagnosticar el sobrecrecimiento bacteriano.
Aspirado del intestino delgado y cultivo de líquidos. Esta es actualmente la prueba estándar principal para el sobrecrecimiento bacteriano. Para obtener la muestra del líquido, los médicos pasan un tubo largo y flexible (endoscopio) por la garganta y a través del tubo digestivo superior hasta llegar al intestino delgado. Se extrae una muestra del líquido intestinal y después se la analiza en un laboratorio para ver si existe crecimiento de bacterias.
Además de estos exámenes, el médico puede recomendarte un análisis de sangre para buscar la deficiencia de vitaminas o una evaluación de las heces para comprobar la malabsorción de grasa. En algunos casos, el médico puede recomendar pruebas de imagen, como radiografías, tomografía computarizada o resonancia magnética para buscar anomalías estructurales del intestino.
¿Cuál es el tratamiento del SIBO?
Siempre que sea posible, los médicos tratan el crecimiento excesivo de
¿Qué es el SIBO?
El Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado (conocido como SIBO por sus siglas en inglés) ocurre cuando hay un aumento anormal en la cantidad total de bacterias en el intestino delgado, especialmente de los tipos de bacterias que norm
bacterias en el intestino delgado tratando el problema subyacente, por ejemplo, reparando quirúrgicamente un asa posoperatoria, una constricción o una fístula. Pero el asa no siempre puede revertirse. En ese caso, el tratamiento se centra en corregir las deficiencias nutricionales y eliminar el crecimiento excesivo de bacterias.
1. Terapia con antibióticos
En la mayoría de las personas, la manera inicial de tratar el sobrecrecimiento bacteriano es con antibióticos. Los médicos pueden comenzar este tratamiento si tus síntomas y tus antecedentes médicos sugieren enfáticamente que esta es la causa, incluso cuando los resultados de las pruebas no son concluyentes o si no se realizó ninguna prueba. Se pueden realizar pruebas si el tratamiento con antibióticos no es eficaz.
Un tratamiento corto con antibióticos a menudo reduce significativamente el número de bacterias anormales. Pero las bacterias pueden reaparecer cuando se suspende la administración del antibiótico, por lo que es posible que el tratamiento deba ser a largo plazo. Algunas personas con un aza en el intestino delgado pueden pasar largos períodos sin necesitar antibióticos, mientras que otras pueden necesitarlos regularmente.
Los médicos también pueden alternar entre diferentes antibióticos para ayudar a prevenir la resistencia bacteriana. Los antibióticos eliminan la mayoría de las bacterias intestinales, tanto normales como anormales. Como resultado, los antibióticos pueden causar algunos de los problemas que están tratando de solucionar, incluida la diarrea. El alternar entre diferentes fármacos puede ayudar a evitar este problema.
2. Después de la remisión, SIBO puede reaparecer. Se sugieren algunas opciones para mantener la remisión: medicamentos promotores de la motilidad intestinal (puesto que la motilidad es un determinante del flujo y la estasis del intestino); dieta baja en FODMAP: hasta la fecha, no hay ningún estudio que compruebe los efectos de este tipo de dieta en SIBO, no obstante, las intolerancias a sacáridos son frecuentes SIBO, y teóricamente, una dieta baja en alimentos fermentables disminuye la probabilidad de sobrecrecimiento bacteriano por un ambiente menos favorable para ello.
Por tanto, a nivel dietético, parece ser la opción más razonable para mantener la remisión de SIBO conseguida con la dieta.
FODMAP son las siglas o acrónimo en inglés de oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables.
La dieta baja en FODMAPs insta a llevar una alimentación sin estos compuestos, es decir, en realidad es una dieta libre de o sin alimentos FODMAP.
Estas sustancias fermentables son hidratos de carbono simples o complejos que se encuentran en los alimentos, aunque no todos los hidratos de carbono o azúcares son fermentables y se categorizan dentro del listado FODMAP.
¿Qué tipo de dieta me podría ayudar para mejorar el SIBO?
¿Cuáles son los alimentos que es mejor evitar o reducir en una dieta baja en FODMAPs?
En una dieta baja en FODMAPs, es recomendable limitar ciertos vegetales que tienden a causar malestar, como: alcachofas, espárragos, col, coliflor, coles de Bruselas, brócoli, ajo, puerros, cebolla, guisantes, judías verdes, hinojo, remolacha, champiñones y otras variedades de hongos.
Dentro de esta categoría de carbohidratos fermentables que debemos evitar se incluyen:
Estos azúcares pueden causar un aumento en la cantidad de agua en el intestino debido a la osmosis, pueden no ser digeridos adecuadamente o no ser absorbidos eficientemente, lo que puede alimentar el crecimiento excesivo de bacterias en la microbiota intestinal que los fermentan. Cuando esto ocurre, pueden surgir molestias como diarrea, estreñimiento, gases, hinchazón abdominal y dolor abdominal. Si experimentas alguno de estos síntomas, una dieta baja en FODMAPs puede ayudarte a reducirlos. Esta dieta es especialmente beneficiosa para personas con síndrome de colon irritable y enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn.
En una dieta baja en FODMAPs, también se recomienda limitar la ingesta de fibra en la medida de lo posible. La fibra, que se encuentra, por ejemplo, en los cereales integrales, es una sustancia no digerible que puede causar síntomas similares.
Además, se aconseja reducir la ingestión de productos que contienen gluten, aunque no es necesario ser extremadamente estricto en este punto, ya que eliminar el trigo ya supone una disminución significativa en la cantidad de gluten en la dieta.
¿Qué alimentos son adecuados en una dieta baja en FODMAPs?
Cuando sigues una dieta baja en FODMAPs, es recomendable elegir cereales sin gluten o aquellos con niveles bajos de gluten. Los cereales más apropiados en esta dieta son:
En cuanto a las verduras, se recomienda comenzar consumiéndolas cocidas. Una vez que las toleres bien, puedes introducir gradualmente verduras crudas como guarniciones en tus comidas.
Las frutas recomendadas en la dieta baja en FODMAPs incluyen:
En esta dieta, puedes consumir carne, pescado y huevos sin restricciones. En cuanto a los frutos secos como almendras, avellanas y nueces, es importante probarlos individualmente para evaluar tu tolerancia personal, y se debe consumir con moderación.
Además, puedes incluir pequeñas cantidades de lácteos sin lactosa o bajos en lactosa en tu dieta.
En relación a las verduras y frutas ricas en FODMAPs, se recomienda limitar su consumo a una pequeña porción del tamaño de una pelota de tenis. Comer estas pequeñas porciones dos veces al día suele ser mejor tolerado que consumir una cantidad más grande en una sola comida.
Si experimentas estreñimiento durante las semanas en las que sigues la dieta, puedes introducir la avena, que es baja en FODMAPs pero rica en fibra. Además, es importante aumentar la ingesta de agua para mejorar la digestión.
3. SIBO suele ser una enfermedad secundaria a otra, y mientras no se elimine la causa, la reaparición de SIBO tiene una alta probabilidad. No obstante, muchas veces es imposible eliminar la causa primaria. Aquí, entran en juego los probióticos, prebióticos y/o simbióticos con el objetivo de sustituir la microbiota “mala” por la “buena”. Un estudio reciente muestra que la suplementación con probióticos puede reducir el sobrecrecimiento bacteriano, reducir las concentraciones de hidrógeno y aliviar el dolor abdominal.
4. Recientemente se ha llevado a cabo un estudio prospectivo, aleatorizado y unicéntrico con pacientes con SII (Síndrome del Intestino Irriable) positivos en SIBO procedentes de la Unidad Andaluza de Trastorno Funcional Digestivo (TFD) con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes.
El grupo de control llevó a cabo una dieta baja en FODMAPS.
El grupo de intervención combinó el uso de suplementos a partir de cepas específicas de Reishi y Melena de león, así como Shiitake y Pleurotus.
En este estudio se recogieron datos analíticos y el perfil nutricional, test de aliento y valoración nutricional completa Bio-Psico-Social.
¿Qué complementos alimenticios me pueden ayudar a mejorar el SIBO?
Los complementos alimenticos pueden mejorar las deficiencias vitamínicas, reducir el dolor intestinal y ayudar con el aumento de peso:
Suplementos nutricionales. Las personas con crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado pueden necesitar inyecciones intramusculares de vitamina B-12, así como vitaminas orales, y suplementos de calcio y hierro.
Fuentes:
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